domingo, 7 de agosto de 2011

Cuestión de himnos

Viendo la programación de la VH1, me llamó la atención el título del programa dedicado a música de los 90, Smells Like The 90’s. Al momento (exactamente igual que al resto de la población mundial), me vinieron a la cabeza imágenes del icónico videoclip de Nirvana. En seguida empecé a reflexionar sobre cómo pudo sintetizarse tanto (y tan bien) el espíritu de toda una década, llegando a alcanzar la categoría de himno de la llamada generación X. La ropa desgarbada y deshilachada, los vaqueros rotos, y el espíritu destructivo, rebelde y a la vez depresivo, fueron captados en escasos 4 minutos de video a la perfección, y movilizados de manera inigualable por el grunge. Uno de los grandes méritos de Nirvana, y de Kurt Cobain por extensión, fue el movilizar a toda una nueva hornada de chavales, que no solo estaban faltos de una súper estrella carismática, sino también de un estilo musical que marcase el cambio de década. Por ello, uno de los puntos a favor de el líder de Nirvana como compositor y guitarrista fue el sacarse de la chistera la enésima revolución musical de la música del siglo XX.

Pero esto no se escribe con el fin de alabar a Cobain, sino que se hace con el motivo del concepto de himno generacional. Pocas canciones trascienden tanto como para considerarse himno de una generación, pero smells like teen spirit lo consiguió con los adolescentes de los 90. Para llegar a este rango, no solamente necesitas que tu canción sea buena, de hecho no hace falta que esté entre lo mejor de la década (hablando de forma estrictamente musical), pero si tienes que marcar la pauta de toda una generación, y llegar a todo el mundo, desde los rockeros hasta los aficionados al baile, pasando por raperos y reggaes. Para ser himno tiene que ser bueno, tiene que ser mundialmente conocido, sonar hasta la saciedad en lugares públicos, y tener ese toque de tema tarareable y fácilmente reconocible. Son muchos requisitos, por eso no pueden componerse deliberadamente.

Yo nací en los primeros años de los 90, por lo que el programa de VH1 me hizo pensar: “Joder, nosotros no tenemos algo así, no tenemos algo que de verdad represente nuestra década”. Esa fue mi primera reacción. Poniéndome a buscar no tardé en dar con la clave: Seven Nation Army. ¿Alguien puede decirme una cancion más tarareada en lo que va de los 2000? ¿Alguna que conozca más gente? ¿Alguna otra que al escucharla, de verdad, tenga esa intensidad que requiere un himno?. Estoy casi seguro de que no existe otra. Quizás las tendencias de moda, de las que no soy experto, no se reflejen tanto en el video de los White Stripes como se hacía en el de Nirvana, pero si refleja la década. Refleja que la forma de llegar a mucha parte de la población es la música electrónica (tiene casi tantas versiones techno como Yesterday de los Beatles versiones de rock). Se ha esparcido incluso en el mundo del fútbol. Seven Nation Army ha llegado también a ser uno de esos cánticos requeridos por cualquier hinchada futbolística del planeta. Se ha adscrito a los canturreos de tono borracho de las aficiones de los estadios y plazas como otras musiquitas ya olvidadas. Por todo esto ha llegado a todas las esquinas del planeta.

Igual que justificaba la grandeza de Kurt Cobain como guitarrista anteriormente, Jack White merece la misma consideración. Quizás no movió a las masas con un nuevo estilo musical (ya que, al fin y al cabo, toca un blues ultra electrizado y pasado por su garage), pero si las movió, ya sea en un concierto, en una macro discoteca o en un estadio de fútbol, con un himno, el himno de la década. Y eso, desde luego tiene mucho mérito.