¿Son los años 60?, ¿70?, ¿sigue el blues de moda?. Para nada, es solamente la ambición retro de Jack White, al cual no le importaría que sus contemporáneos musicales fuesen The Yardbirds, Rory Gallagher o Free. El líder y guitarrista del grupo de Detroit se obcecó tanto en que el sonido de este disco fuese rudimentario, que decidió grabarlo en un estudio casi dejado de la mano tecnológica de Dios en Londres, con grabadoras de 8 pistas entre otros detalles. El resultado, un trabajo que confirmó a The White Stripes como unos verdaderos elefantes del rock en esta década falta de verdaderos iconos del circo del Rock and Roll.
Elephant suena como si el pop y el blues de los 60 fuesen conectados a un cable de alta tensión que les trasladase al nuevo milenio. La electrizante guitarra de White con el toque de garage que tiene la atmósfera del disco nos recuerda que el disco es del año 2003. Seven Nation Army, no es la canción más definitoria del disco en cuanto a estilo, pero si la más exitosa, pues ha llegado a convertirse en un himno incluso de los estadios de fútbol; y deja claro el rock and roll que el disco desborda por los cuatro costados con los punzantes solos de Jack. In The Cold Cold Night, con la batería Meg White como vocalista representa la influencia pop del grupo, y ayuda a afianzar el concepto amoroso de desolación del que trata el disco. Ball And Biscuit es puro blues destilado por la guitarra roja característica de Jack, que entre su música y su pelo, cada vez da mas pistas de que realmente está conectado a un cable de alta tensión.
Un disco con concepto, el amor y desamor entre dos jóvenes (en parte típico del blues), pero adaptado a los tiempos, con un joven del Ghetto y una chica tatuada y con piercings (en palabras de Jack); y añadiéndole la protección paterna a los problemas amorosos de los jóvenes. Este concepto, sin ser algo novedoso, une las raíces del Rock and Roll con este milenio, por medio de 14 canciones sin desperdicio alguno. Desde la versión I Just Don't Know What To Do With Myself hasta Girl, You Have No Faith In Medicine, pasando por The Hardest To Button el disco es una obra maestra de la década; que supuso la cumbre de la pareja de Detroit.
En mi opinión de lo mejor que ha dejado la década de los 2000, y desde luego lo que más huele a Rock and Roll puro desde cosas como Oasis o Foo Fighters. Una más que grata pieza, que contrasta con la gradual bajada que tuvo el conjunto en sus álbumes posteriores, en los cuales se hecha de menos la tensión de Jack. Durante unos momentos, 2003 fue 1965.
Puntuación: 8.5