miércoles, 9 de mayo de 2012

Un verdadero cantante

El mejor cantante de todos los tiempo no será jamás el que simplemente tenga la mejor voz. Si utilizásemos ese criterio estaríamos adorando de por vida a Frank Sinatra. La mejor voz muchas veces limita al cantante, y es el que no está tan dotado para el cante el que hace de la interpretación el camino. Entre los mejores cantantes de la historia pueden citarse a John Lennon, Mick Jagger o Bob Dylan. Ninguno, especialmente el tercero, ha llegado a tener nunca una voz maravillosa, pero es difícil cantar como ellos. ¿Acaso puede versionarse mejor Imagine? ¿El falsete de Jagger en Angie es esperable? ¿Hay alguien que tengas más personalidades diferente solamente con la voz, que Bob Dylan?. Imposible.
La gran voz, como regalo de los dioses hace al cantante ceñirse a ella dejando a un lado las emociones de la lírica, no interpretando la canción. Es obvio que Freddie Mercury es un magnífico cantante, pero su impresionante rango vocal hace que la interpretación no sea tan auténtica como la de Lennon u otros.
Quizás lo mejor que puede tener un cantante es actitud, para plantarse en un escenario o delante de un micrófono y dejar claro como se canta. A veces funciona y a veces no. Dijo Larry Mullen, batería de U2, que fichó a Bono por el carácter que tenía, a pesar de que cantaba mal. Si es cierto que Liam Gallagher tiene una voz magnífica y una actitud chulesca y sigue sin tener la sensibilidad necesaria en su cerebro unineuronal para interpretar un tema. El ejemplo más claro, Wonderwall. La canción más famosa de Oasis, eclipsada por Ryan Adams.
http://www.youtube.com/watch?v=kzZhtrsbJzs
http://www.youtube.com/watch?v=6hzrDeceEKc&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=tXmHvOSf-sg

viernes, 23 de diciembre de 2011

What Did You Expect From The Vaccines? - The Vaccines


No hay nada nuevo, nada. Pero hay de todo. No es un disco sorprendente en cuanto a la posible innovación que podría aportar a un género para mí tan cerca de quemarse como es el indie. No pretendo decir que deje de escucharse o venderse, pero si que la cota de variación musical que tiene es tan limitada que creo que ya esta siendo sobreexplotado.
El caso es que el primer, y hasta la fecha único, disco de The Vaccines no aporta nada realmente nuevo al panorama del indie, pero si que vale como una especie de magnífico resumen de lo que la primera década del milenio nos ha dejado, y esto para abrir la siguiente. Tiene partes en las que suenan a los primero Strokes, creadores, en mi humilde opinión, del género que nos atañe (con el permiso de The Libertines); otras veces como Arcade Fire y otras como los Sex Pistols, a los que nadie llamó en este entierro.
El trabajo es más que notable, pues a los chavales no les falta talento. Un par de pildorazos anfetamínicos como Wreckin Bar o Noorgard revolucionan a cualquiera y recuerdan al punk de los mismísimos Wire; con Wetsuit demuestran que saben seguir el ritmo de Arcade Fire con la percusión, el órgano y las canciones más melódicas; y Post Break-Up Sex o If You Wanna te hacen añorar el This Is It de los Strokes.
Si es cierto que es un disco más que entretenido y que el grupo merece menciones en festivales, críticas y seguidores del género; pero no deja deja de ser un mix de las limitadas experimentaciones que se han vivido desde 2001 de lo mismo.
Con este disco que califico de resumen de tendencias indie, podría decirse que el género ha muerto. Repito, que seguirá vendiendo, seguirá habiendo grupos, y seguirá habiendo seguidores, pero si alguien tiene una idea de por donde pueden ir los tiros del futuro del mainstream, que me lo digan, porque yo veo una continua influencia circular que terminará por sobrecargar el género.

Puntuación: 7

viernes, 4 de noviembre de 2011

Definitively Maybe


La primera obra maestra (y puede llegar a decirse que la única) de Noel Gallagher. Pueden preguntar en Inglaterra, es una plaga, el disco más contagioso y sintomático de los años 90. Quizás el grunge movió más que Oasis por ser un verdadero movimiento musical, pero que los 5 de Manchester fueron algo más que un grupo está muy claro. La adoración en las islas fue algo masivo, digno de un equipo de fútbol; sus incondicionales iban a sus conciertos a mostrar pleitesía, y así lo hicieron durante los 15 años que duró la banda, aún a pesar de sus bandazos musicales posteriores. Toda la adoración producida por la banda de los hermano Gallagher no es casualidad, sino producto de su primera trabajo, uno de los discos más infecciosos de la historia de la música. Es totalmente irresistible: melodías robadas de los Beatles distorsionadas, un cantante con un prodigio por garganta (aunque carezca de demasiada interpretación), letras pegadizas, y todo tocado a todo volumen. La verdad es que la portada no podía haber sido escogida mejor, gente normal con música, fútbol y vino a su alrededor, el grupo del pueblo. Ese fue el éxito de oasis, su accesibilidad sin caer en la comercialidad y manteniendo sus raíces de rock clásico.
Rock N' Roll Star resume la actitud de la "banda más grande del mundo" en palabras de sus líderes; Live Forever es probablemente lo mejor del disco, mostrando una simplicidad bestial para componer una canción de cánones clásicos del rock traída a los 90 de la mejor forma posible, y con un Noel en guitarra que apabulla a cualquiera; Supersonic es absolutamente irresistible; Cigarrettes and Alcohol atronadora si no se construyese sobre un riff extraído del "Get It On" de T.Rex; Slide Away hace sonar la voz de Liam como rara vez ha llegado sonar; y Married with Children es la pizca de ironía que faltaba al disco.
Aunque se vendió menos que los 2 trabajos posteriores de Oasis, este es no solo el más absorbente, sino también el más coherente y el más puro y crudo. Blur cayó en la guerra totalmente absurda del britpop ante los gigantes de Manchester, porque Noel tenía la receta de un virus que se convirtió en pandemia entre la población y que a él le hizo rey del imperio, casi, como los Beatles.
Puntuación: 8.50

domingo, 7 de agosto de 2011

Cuestión de himnos

Viendo la programación de la VH1, me llamó la atención el título del programa dedicado a música de los 90, Smells Like The 90’s. Al momento (exactamente igual que al resto de la población mundial), me vinieron a la cabeza imágenes del icónico videoclip de Nirvana. En seguida empecé a reflexionar sobre cómo pudo sintetizarse tanto (y tan bien) el espíritu de toda una década, llegando a alcanzar la categoría de himno de la llamada generación X. La ropa desgarbada y deshilachada, los vaqueros rotos, y el espíritu destructivo, rebelde y a la vez depresivo, fueron captados en escasos 4 minutos de video a la perfección, y movilizados de manera inigualable por el grunge. Uno de los grandes méritos de Nirvana, y de Kurt Cobain por extensión, fue el movilizar a toda una nueva hornada de chavales, que no solo estaban faltos de una súper estrella carismática, sino también de un estilo musical que marcase el cambio de década. Por ello, uno de los puntos a favor de el líder de Nirvana como compositor y guitarrista fue el sacarse de la chistera la enésima revolución musical de la música del siglo XX.

Pero esto no se escribe con el fin de alabar a Cobain, sino que se hace con el motivo del concepto de himno generacional. Pocas canciones trascienden tanto como para considerarse himno de una generación, pero smells like teen spirit lo consiguió con los adolescentes de los 90. Para llegar a este rango, no solamente necesitas que tu canción sea buena, de hecho no hace falta que esté entre lo mejor de la década (hablando de forma estrictamente musical), pero si tienes que marcar la pauta de toda una generación, y llegar a todo el mundo, desde los rockeros hasta los aficionados al baile, pasando por raperos y reggaes. Para ser himno tiene que ser bueno, tiene que ser mundialmente conocido, sonar hasta la saciedad en lugares públicos, y tener ese toque de tema tarareable y fácilmente reconocible. Son muchos requisitos, por eso no pueden componerse deliberadamente.

Yo nací en los primeros años de los 90, por lo que el programa de VH1 me hizo pensar: “Joder, nosotros no tenemos algo así, no tenemos algo que de verdad represente nuestra década”. Esa fue mi primera reacción. Poniéndome a buscar no tardé en dar con la clave: Seven Nation Army. ¿Alguien puede decirme una cancion más tarareada en lo que va de los 2000? ¿Alguna que conozca más gente? ¿Alguna otra que al escucharla, de verdad, tenga esa intensidad que requiere un himno?. Estoy casi seguro de que no existe otra. Quizás las tendencias de moda, de las que no soy experto, no se reflejen tanto en el video de los White Stripes como se hacía en el de Nirvana, pero si refleja la década. Refleja que la forma de llegar a mucha parte de la población es la música electrónica (tiene casi tantas versiones techno como Yesterday de los Beatles versiones de rock). Se ha esparcido incluso en el mundo del fútbol. Seven Nation Army ha llegado también a ser uno de esos cánticos requeridos por cualquier hinchada futbolística del planeta. Se ha adscrito a los canturreos de tono borracho de las aficiones de los estadios y plazas como otras musiquitas ya olvidadas. Por todo esto ha llegado a todas las esquinas del planeta.

Igual que justificaba la grandeza de Kurt Cobain como guitarrista anteriormente, Jack White merece la misma consideración. Quizás no movió a las masas con un nuevo estilo musical (ya que, al fin y al cabo, toca un blues ultra electrizado y pasado por su garage), pero si las movió, ya sea en un concierto, en una macro discoteca o en un estadio de fútbol, con un himno, el himno de la década. Y eso, desde luego tiene mucho mérito.